Versificación:
Nizar Qabbani*
Traducción:
Dr. Lahcen EL KIRI**
(1)
Ya no sigue estando
entre ellos ni Abu Bakr... ni Otomán
Todos son
esqueletos en el museo del tiempo...
Los caballeros cayeron
de sus sillas...
Se declaró el pequeño estado
de los castrados...
Se detuvieron
los almuédanos en sus casas...
Y quedó anulada
la llamada a la oración...
Todos se les
engordaron los senos...
y se
convirtieron en mujeres...
Todos pasan por
la menstruación, se ocupan del embarazo
y la lactancia...
Todos decapitaron
sus caballos...
Apostaron por
sus espadas...
y presentaron
sus mujeres como regalo al jefe romano...
Lo que
se denominaba antes el Levante
Se convirtió en
la Geografía
en Judaistán...
¡Dios...Oh, tiempo...!
(2)
Ya no existe en
los cuadernos de la Historia
ni espada ni
caballo
Todos dejaron
sus zapatos
y salvaron su
dinero mediante el tráfico
dejando atrás a
sus niños
y se retiraron
hacia las cafeterías de la muerte y del olvido
Todos se
afeminaron...
Pusieron el kohl
en sus ojos...
y se
perfumaron...
Se balancearon
como si fuesen ramas de bambú
hasta que uno
pueda creer que Khalid...es Suzán
y que María...es
Marwan.
¡Dios...Oh, tiempo...!
(3)
Todos están muertos...
y no quedó más que Líbano
Vistiéndose
cada mañana de una mortaja
y encendiendo el
Sur con perseverancia y vehemencia
Todos entraron
en sus agujeros
y se deleitaron
de almizcle, de las mujeres y de las albahacas
Todos son
híbridos, domados, hipócritas, ambivalentes...y miedosos
y Líbano
a solas
está bofeteando
a América implacablemente
encendiendo las
aguas y las playas
mientras que
mil americanizados reciben a América con brazos abiertos
¿Puede haber
siempre una reconciliación bajo humillación?
¡Dios...Oh, tiempo...!
(4)
¿Sabéis quién
soy?
Soy un ciudadano
que vive en Oprestán
y este estado
no es ningún chiste egipcio
ni una imagen
sacada de los libros de retórica
pues, tal país
se cita en el Diccionario de los Estados
Y lo más
importante de sus exportaciones
son maletas de piel
hechas del
cuerpo del Hombre
¡Dios...Oh,
tiempo...!
(5)
¿Queréis una
ojeada sobre la tierra de Oprestán?
Es aquella que
se extiende desde el norte de África
Hasta la tierra
de Petrolestán
Aquella que se
extiende desde las playas de la opresión
hasta las
playas del asesinato,
del
linchamiento, de las tristezas...
cuya espada se
extiende de arteria en arteria
Sus reyes se
acuclillan sobre los cuellos por herencia,
Perforan los
ojos de los niños por herencia,
Odian las hojas
blancas, la tinta y los bolígrafos por herencia,
Y el primer artículo
en su constitución recomienda la anulación del instinto de hablar en el Hombre.
¡Dios...Oh,
tiempo...!
(6)
¿Sabéis quién
soy?
Soy un ciudadano
que vive en Oprestán
Un ciudadano...
Que sueña con alcanzar
un día el rango del animal,
Un ciudadano
que teme a sentarse en la cafetería...para que
El estado no
emane de las tinieblas de la taza
Un ciudadano
que teme a acercase a su mujer
antes que las Diligencias
Secretas controlen el lugar
Soy un ciudadano
del país de Oprestán
Tengo miedo de
entrar en cualquier mezquita
para que no se
diga que soy un hombre que ejerce su adoración,
Para que el
detective no diga que yo estaba leyendo la Sura de Arrahmán
¡Dios...Oh,
tiempo...!
(7)
¿Sabéis ahora
qué es el país de Oprestán?
Es aquel que
compuso...sintonizó...
Y realizó el
satán...
¿Conocéis este
pequeño y maravilloso estado?
donde el hombre
necesita una decisión para acceder al retrete,
El sol necesita
una decisión para amanecer,
El gallo
necesita una decisión para cantar,
La voluntad de
la pareja necesita una decisión para generar,
Y los cabellos
de mi amante los prohíbe el policía para no flotar
Sin previa
decisión.
(8)
¡Qué mala situación en el país de Oprestán!
donde los
hombres son una copia de las mujeres
donde las
mujeres son una copia de los hombres
donde la tierra
odia las semillas
donde todo
pájaro tiene miedo de los demás pájaros
y el teniente
de la decisión necesita una decisión
Aquella es la
situación en el país de Oprestán
¡Dios...Oh,
tiempo...!
(9)
¡Oh, amigos!
Estoy viviendo
en una ciudad sin habitantes
Ni calles
ni aceras
ni ventanas
ni paredes
ni periódicos
salvo aquellos
que imprimen las imprentas del Sultán.
¿Su título?
Tengo miedo de desvelarlo
Todo lo que
sepa es que cada persona cuya suerte
le conduce a mi ciudad
paz será sobre
su alma.
(10)
¡Oh, amigos!
¿Qué será la
poesía sin que declare la desobediencia?
¿Qué será la
poesía sin poder acabar con los tiranos...y la tiranía?
¿Qué será la
poesía sin acarrear terremotos
En el tiempo y
en el lugar?
y ¿Qué será la
poesía sin poder quitar la corona que pone Khosro Anushiravan?
(11)
Por eso,
declaro la desobediencia
En nombre de
los millones que hasta ahora no saben lo que es el día,
La diferencia
entre el ramo y el pájaro,
La diferencia
entre la rosa y la matthiola,
La diferencia
entre el seno y la granada,
La diferencia
entre el mar y la celda,
La diferencia
entre la luna verde y el clavel
y entre el aspa
de la palabra valentía
y la mejilla de
la guillotina...
(12)
Por eso,
declaro la desobediencia
En nombre de
los millones que se conducen hacia la decapitación como rebaños,
En nombre de aquellos
que les sacaron los ojos,
Les quitaron
los dientes
Y les
disolvieron en el ácido sulfúrico como lombrices
En nombre de aquellos
que no tienen voz...
Ni opinión...
Ni lengua...
Declararé la
desobediencia.
(13)
Por eso, declaro
la desobediencia
En nombre de
las masas que se sientan como las vacas
Ante la pequeña
pantalla
En nombre de
las masas que les dan a beber lealtad
con cucharones
En nombre de
las masas que se montan como los camellos
desde el
amanecer hasta el atardecer
se montan como
los camellos...
Sin tener
derechos más que al agua y a la cebada
y sin tener ambición
más que aquella de llevar al peluquero la esposa del Emir
O la hija del Emir...
O la
perra del Emir...
En nombre de las
masas que imploran a Dios para que inmortalice al majestuoso jefe y el bulto de
la alfalfa...
(14)
¡Oh, amigos de poesía!
Soy el árbol de
fuego, el sacerdote de los anhelos,
Y el portavoz
de cincuenta millones de amantes.
Gracias a mí
duermen los que sienten amor y nostalgia,
pues, les
transformo a veces en palomas
Y otras veces
en jazmines.
¡Oh, amigos míos!
Soy la herida
que rechaza para siempre
La autoridad
del cuchillo...
(15)
¡Oh, magníficos amigos míos!
Soy los labios
de aquellos que no los tienen
Soy los ojos
para aquellos que no los tienen
Soy el libro
del mar para aquellos que no leen
Soy las
escrituras que las lágrimas cavan en las celdas de la cárcel.
וֹOh, mi amante! Soy como esta era, hago frente a la locura con la
locura
Estropeo las
cosas infantilmente
y mi sangre
huele a revolución y naranjas...
Sigo siendo tal
como me habéis conocido
Mi vocación es
transgredir la ley
Sigo siendo tal
como me habéis conocido
Soy por la
poesía... sino no quiero ser...
(16)
¡Oh, amigos míos!
Sois la
verdadera poesía
Y no importa
que el Sultán
Se ría...frunza el entrecejo
O
se enfade...
Vosotros sois
mis Sultanes
De vosotros es
mi gloria, el poder y la autoridad...
Mis poemas
están prohibidos...
en las ciudades
que duermen sobre la sal y la piedra
Mis poemas
están prohibidos...
porque llevan
al hombre la fragancia del amor y de la civilización
Mis poemas
están rechazados...
porque llevan
buena notica a cada casa
וֹOh, amigos míos!
Sigo
esperándoles
Para encender la
antorcha...
*El
poema original en árabe:
تقرير سري جداً من بلاد قمعستان
|
*Diplomático
y poeta sirio, uno de los máximos exponentes de la corriente del verso libre
que en los años cincuenta contribuyó de forma brillante a la renovación de la
poesía árabe. Nacido en el seno de una acomodada familia siria, se educó en
Damasco, donde se licenció en Derecho, aunque jamás ejerció. Posteriormente
inició una carrera diplomática y fue embajador de su país en El Cairo, Londres,
París, Ankara, Pekín, Beirut y Madrid.
Realizó su primera incursión literaria a los
veintiún años, con el poemario Me dijo la morena (1944),
que consiguió un notable éxito. Pero fue en 1966 cuando se consagró por
completo a la construcción de un universo poético, planteando una nueva
concepción del hombre árabe para quien la vieja lengua y los viejos esquemas se
revelaban insuficientes.
Desde
entonces consumó más de veinte poemarios, algunos de cuyos versos, cargados de
belleza melódica, han sido musicalizados e interpretados por distintos
cantantes. Su enfrentamiento con los sectores más reaccionarios del mundo árabe
le costó la censura temporaria de sus libros.
Fue
llamado "el poeta de las mujeres y el amor", por su lírica
trovadoresca, asexuada, pero al mismo tiempo muy sensual, popular, de
vocabulario sencillo, basada en el ritmo musical y en el valor único de la
palabra. Murió en 1998.
**Escritor, traductor
y especialista en didáctica de lenguas extranjeras - Casablanca - Marruecos.
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