martes, 31 de marzo de 2015

¿Quiénes son los verdaderos terroristas? por Charlie Hebdo

Charlie Hebdo4 Febrero 2015

¿Quiénes son los verdaderos terroristas?



El 7 de enero la opinión pública internacional se conmovía profundamente ante el “ataque terrorista” a la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo. Dos encapuchados ingresaron en la redacción armados con fusiles Kalashnikov, dejando como saldo 11 personas gravemente heridas y asesinando a otras doce. Los atacantes en un perfecto francés gritaban “vengamos al profeta Mahoma” y reivindicaban la acción como de Al Qaeda. Días después, tanto esta organización como ISIS se la adjudicaban.
El hecho de por si genera un profundo escozor, sobre todo, por la forma en cómo fue rematado el policía Ahmed Merabet (paradójicamente era musulmán) en la calle, que la televisión francesa y todas las cadenas informativas internacionales repitieron hasta el cansancio con una clara intencionalidad política (y psicológica). Pero un hecho más, que tal vez se nos escape, es que las personas asesinadas no fueron muertas por ráfagas de los fusiles, sino que fueron rematadas certeramente de una a la vez.

¿Casualidades?

Menos de 12 horas después del atentado, los presuntos agresores fueron identificados como Saïd y Chérif Kouachi, dos hermanos francoargelinos. Y acá es donde las cosas no cierran, según los investigadores se pudo llegar a ellos gracias a que en el auto en el cual huyeron se encontró un documento de identidad ¡olvidado! En relación a este hecho, con gran cinismo Paul Craig Roberts, ex Subsecretario del Tesoro de los EE.UU. decía: “¿Les suena familiar? Recuerden que las autoridades (estadounidenses) afirmaron haber encontrado el pasaporte intacto de uno de los presuntos secuestradores del 11-S entre las ruinas de las torres gemelas. Una vez que las autoridades descubren que los pueblos occidentales estúpidos van a creer cualquier mentira transparente, van a recurrir a la mentira una y otra vez”.
El atentado se produjo en un momento de fuerte islamofobia en Francia y en el resto de Europa, de hecho algunas semanas antes organizaciones de extrema derecha en Alemania, EEUU y Francia promovieron manifestaciones racistas dirigidas contra las comunidades musulmanas de estos países.

Causalidades

Es necesario que tomemos cierta distancia y perspectiva histórica para entender con más claridad los hechos ocurridos en Francia en un cuadro más amplio que nos permita entender el fenómeno del radicalismo islámico. Desde el momento en que se producía la invasión soviética en Afganistán, la CIA estableció que la mejor manera de rechazarla era estigmatizando a los soviéticos por su ateísmo, potenciando a la vez los valores religiosos del Islam. La CIA era dirigida por William Casey, un fundamentalista católico, que bajo la administración Reagan tuvo a su cargo el entrenamiento y financiamiento de Al Qaeda, bajo el liderazgo de Osama Bin Laden. Cuando se le preguntó a Zbigniew Brzezinski hombre influyente en la política norteamericana, si lamentaba haber ayudado a crear un movimiento que cometía actos de terrorismo, respondió: "¿Qué es lo más importante para la historia mundial, los talibanes o el colapso del imperio soviético? ¿Varios musulmanes fanáticos o la liberación de Europa Central y el fin de la Guerra Fría?".
Por lo tanto, es indiscutible la responsabilidad directa de los EE.UU. en el impulso al radicalismo islámico como “enemigo” en la guerra global contra el terrorismo.
Además que algunas voces señalan que el hecho se trataría de una operación de falsa bandera. Paul C. Roberts, que citábamos más arriba, planteo que era una acción: "diseñada para apuntalar el estado vasallo de Francia ante Washington" (la referencia es a la participación de Francia en las intervenciones en Mali, Libia y las más recientes de Siria e Irak). Así también la analista Purificación González de la Banca señalo: “…esperemos, por otra parte, que no se trate de un crimen de falsa bandera, como el que se atribuyó a Mohamed Merah, argelino que trabajaba para los servicios secretos franceses. Todo parece indicar que también era así en este caso y que al menos uno de los hermanos había sido asiduo del despacho de Sarkozy”. En esta misma línea se pronuncia, el intelectual argentino Jorge Beinstein, quien comenta que distintos medios plantearon la información de que los hermanos Kouachi habrían sido reclutados por los servicios de inteligencia franceses.

Algunas de las consecuencias

La inmediata es la que señalábamos más arriba, la islamofobia (y el racismo en un sentido más amplio) construyendo la identificación entre el islam y el fanatismo criminal. Estigmatizando a la comunidad musulmana (en París viven casi 6 millones de musulmanes) y alentándose a los grupos de extrema derecha que se fortalecen por toda Europa. De esta forma se busca instaurar un escenario de “guerra de civilizaciones”, según la fórmula de Samuel Huntington.
Otra, que podríamos denominar como distraccionista. Se utiliza al inmigrante (musulmán y no), como enemigo para que los gobiernos reduzcan sistemáticamente derechos sociales (salud, educación, etc.) y derechos ciudadanos necesarios tanto para los locales como para la plena integración de los inmigrantes. En el marco de una profunda crisis económica y social que vive Europa desde el 2008, que se encamina hacia la deflación económica, se utiliza el racismo y la xenofobia para no reconocer el fracaso de las recetas neoliberales. Distintas fuerzas políticas hacen una utilización electoral de esto, como por ejemplo en Francia el Frente Nacional de Marine Le Pen.
Y por último, fortalece el autoritarismo. El presidente François Hollande, al condenar el ataque, dijo que Francia "está en shock", a la luz del libro de Naomi Klein “La doctrina del shock” sabemos perfectamente lo que significa. A partir de la excusa del enemigo islamista se avanza en un continuo estado de emergencia. Robusteciendo los aparatos de seguridad y recortando libertades democráticas. En ese sentido, el 11 de enero, cuando casi 4 millones de personas se movilizaban en distintas partes de Francia en repudio de los atentados, los ministros de Interior europeos se reunían en París para modificar el Tratado de Schengen para permitir más controles en las fronteras exteriores de la UE. A la vez se filtro que el ministro del interior francés Cazeneuve estaría avanzando en medidas de seguridad para controlar más aún los flujos de información y datos vía internet, avanzando en el ataque a las libertades de reunión, organización y expresión, contrariando su proclamas como supuestos defensores de la libertad de prensa.
La situación de conjunto lleva a que se está preparando a Francia y Europa, hacia una guerra civil solapada contra parte de su propio pueblo (inmigrantes y no). Como remarcaba Michael Löwy en un artículo sobre Charlie Hebdo: “Urge recordar que el verdadero conflicto de nuestro tiempo no se da entre “el Islam” y “Occidente”, sino entre explotadores y explotados, entre opresores y oprimidos. Y a fin de cuentas, entre los intereses del capitalismo y los de la Humanidad”.

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